En medio de la polémica sobre el uso descontrolado depatinetes en las grandes ciudades, el Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI) fue el primero en pedir que se cancelara el servicio de patinetes de alquiler
En medio de la polémica sobre el uso descontrolado depatinetes en las grandes ciudades, el Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI) fue el primero en pedir que se cancelara el servicio de patinetes de alquiler en todos los ayuntamientos que dispongan de la actividad.
—¿Hay que prohibir los patinetes de forma definitiva?
—No, nosotros no entramos a considerar el uso de los patinetes de uso individual, que cada persona puede comprarse o utilizar. Lo que sí entendíamos es que los patinetes de uso compartido y alquiler aparecieron en Madrid, en su momento, de una manera alegal, expandiéndose por toda la ciudad de forma bastante desproporcionada. Después se hicieron concesiones a varias empresas, y su uso generó muchos problemas, sobre todo porque en muchas ocasiones no era para desplazamientos, sino que, sobre todo en los centros de la ciudad, era un uso recreativo.
—¿Qué tipo de problemas generaba este uso?
—Pues eso llevaba a que utilizasen los patinetes más de dos personas, que fueran por las aceras, que los abandonas en cualquier lugar. Este era el principal problema, sobre todo, el abandono de estos patinetes en cualquier parte de la acera, zonas peatonales, pasos de cebra… Aparecieron incluso a veces en los lugares más insospechados, es decir, dentro de viviendas, en los portales, en el metro…Y esta situación se fue agravando con el tiempo.
—¿Cuál era su reclamación?
—Nosotros reclamamos había que disciplinar esa situación. Las personas con discapacidad nos vemos muy seriamente perjudicadas, porque en ocasiones tenemos que abandonar la acera para poder desplazarnos e ir a la calzada. Hay personas ciegas, por ejemplo, que no detectaban estos elementos y suponen un grave riesgo para su seguridad.
—Imagino que aplaudieron la decisión de Madrid de retirar los patinetes de alquiler.
—Pues la hemos acogido con satisfacción, porque estos elementos no estaban ayudando al principal tema, que es la movilidad, sino que más bien estaban generando un problema de convivencia, un problema de seguridad, y no estaban cumpliendo ante el ayuntamiento los requerimientos para funcionar de manera adecuada en la ciudad.
—Dijeron que este tipo de servicio es incompatible con «la movilidad respetuosa».
—Ciertamente, lo estaban siendo, yo no sé si en algún momento estos elementos van a poder servir para lo que se pretendía: que haya una conducción responsable. El problema es que al principio se expandió el mensaje de que con los patinetes podías hacer lo que quisieras: podías deambular por donde quisieras, podías cogerlos donde quisieras y abandonarlos donde te diera la gana. Y creo que ese mensaje ha sido muy malo, muy perjudicial. Y revertir esa situación no es sencillo. Hay una responsabilidad compartida, nosotros entendemos, por parte de las empresas y por parte también de las administraciones que lo permitieron en su momento.
—Pero también hay una responsabilidad del usuario, imagino.
—Por supuesto, de los ciudadanos o ciudadanas que utilizan estos elementos de manera irresponsable. Habrá una parte, claro está, de personas que lo utilizan correctamente, pero hay una importante mayoría que no lo hace así.
Entendemos que las personas que tienen su propio patinete no lo abandonan en cualquier lugar.