PREDIF (Plataforma Representativa Estatal de las Personas con Discapacidad Física) ha presentado hoy el estudio “El impacto de la asistencia personal en los menores con discapacidad”, elaborado con el apoyo del Real Patronato sobre la Discapacidad y en colaboración
PREDIF (Plataforma Representativa Estatal de las Personas con Discapacidad Física) ha presentado hoy el estudio “El impacto de la asistencia personal en los menores con discapacidad”, elaborado con el apoyo del Real Patronato sobre la Discapacidad y en colaboración con el equipo investigador GEDEX (Género, Dependencia y Exclusión Social), de la Universidad de Jaén.
El acto, celebrado en la sala del Patronato de la Fundación ONCE, ha sido presidido por Francisco Sardón Peláez, presidente de PREDIF; José Luis Martínez Donoso, director general de Fundación ONCE; Myriam Arnáiz Caballero, directora técnica del área de Autonomía Personal y Vida Independiente; e Ignacio Campoy, vocal del Real Patronato sobre Discapacidad. En representación de la Universidad de Jaén, han acudido Yolanda de la Fuente, catedrática de Trabajo Social y Servicios Sociales, y Carmen María Santos, doctoranda en Cuidados Integrales y Servicios de la Salud.
Francisco Sardón ha incidido en que la asistencia personal es “un apoyo fundamental para garantizar el derecho de las personas con discapacidad a llevar una vida independiente”. El presidente de PREDIF ha vuelto a insistir en la necesidad de que esta prestación “se regule de forma equitativa en todo el estado español”. Sin embargo, la mayor parte de las comunidades restringe el acceso de los menores a esta prestación. Desde PREDIF, y en palabras de Sardón, se defiende que “la asistencia personal tiene un potencial fundamental para que los menores con discapacidad puedan ir adquiriendo las destrezas y habilidades necesarias para que afronten su proyecto de vida independiente cuando sean mayores de edad”, e insiste en que “la autonomía personal no se aprende al cumplir los 18 años, sino que es un proceso que las personas vamos aprendiendo desde que nacemos”.
Ignacio Campoy ha reforzado la idea de que “la asistencia personal es un instrumento para hacer que los derechos de los niños y niñas con discapacidad se ejerzan en igualdad de condiciones”, desde la perspectiva de la protección de los derechos humanos, de los niños y de las personas con discapacidad.
Por su parte, Myriam Arnáiz ha lamentado que, según datos del IMSERSO en enero de 2023, sólo el 0,58 % del total de personas beneficiarias de prestaciones y servicios del SAAD reciben asistencia personal. Arnáiz ha secundado las palabras de Sardón: “La autonomía personal, el desarrollo de las habilidades sociales y la capacidad de autodeterminación no es algo que se aprende de golpe al cumplir 18 años”. Arnáiz insiste en que la asistencia personal es una vía de empoderamiento para las personas con discapacidad, y que “si prestamos herramientas de apoyo desde las etapas más tempranas de la vida, prevendremos la institucionalización de los menores”.
Desde la Universidad de Jaén, la catedrática Yolanda de la Fuente ha manifestado la necesidad de que las entidades del tercer sector y las universidades públicas trabajen juntas para generar ciencia de calidad y con perspectiva social. De la Fuente ha insistido también en la importancia de la transferencia de conocimiento: “Es clave para el desarrollo económico, pero también es importante que se traduzca en innovación y progreso social”.
Carmen María Santos, doctoranda de la misma Universidad, ha desgranado el estudio y sus conclusiones. Por un lado, el acceso a la asistencia personal es muy desigual entre comunidades autónomas. Además, ha quedado patente que las ayudas económicas destinadas al servicio de asistencia personal son actualmente insuficientes y precarias, y que la intensidad del servicio es muy variable y, a menudo, insuficiente. Por otro, se ha evidenciado que esta prestación supone un gran apoyo tanto para los menores como para sus familias, puesto que alivia la carga de cuidados de éstas a la vez que contribuye a la inclusión de los niños y niñas en su entorno y grupos de pares, de forma normalizada y natural y promoviendo su autonomía personal.