30 empresas tecnológicas se implican en reducir la brecha digital que sufren miles de personas con discapacidad intelectual

Una treintena de empresas tecnológicas se ha sumado al movimiento para la inclusión tecnológica de las personas con discapacidad intelectual y del desarrollo impulsado por Plena inclusión España, la mayor organización española de apoyo a

Una treintena de empresas tecnológicas se ha sumado al movimiento para la inclusión tecnológica de las personas con discapacidad intelectual y del desarrollo impulsado por Plena inclusión España, la mayor organización española de apoyo a las personas con discapacidad intelectual y del desarrollo. La Alianza Tecnológica por la Inclusión, presentada ayer, es una iniciativa que nace con el objetivo de que las empresas tecnológicas y de base tecnológica sitúen la accesibilidad cognitiva como un nuevo criterio a tener en cuenta al comienzo del diseño y la producción de dispositivos, aplicaciones o software. 

El director de Plena inclusión España, Enrique Galván, ha destacado que “el objetivo de la organización es crear un ecosistema empresarial favorable a la inclusión tecnológica, que permita acabar con la enorme brecha digital que impide a miles de personas con discapacidad intelectual acceder a derechos básicos como la educación, el empleo o la sanidad”. Plena inclusión España ha mostrado su intención de profundizar en la línea de colaboración abierta en estos meses con empresa tecnológicas, para, desde el diálogo, encontrar alternativas que faciliten el acceso a aplicaciones, dispositivos y soluciones tecnológicas para todas las personas.

Empresas e instituciones como BBVA, Samsung, Amazon, NTT Data, Fundación Telefónica, el Instituto de Empresa, la Universidad Carlos III, SAP o Globant han respaldado el proyecto de Plena inclusión, participando en las reuniones de trabajo y seminarios celebrados hasta la fecha, y en la presentación celebrada en Madrid.

La realidad actual muestra que las personas con discapacidad intelectual y del desarrollo (cerca de 350.000 en España) y otras muchas más con dificultades de comprensión (personas mayores con deterioro cognitivo y otras con enfermedad mental) se ven gravemente limitadas en el acceso a derechos como la salud, la información, el empleo o el ocio, como consecuencia de la falta de accesibilidad a la tecnología. No pueden descargarse unos análisis clínicos, renovar la tarjeta transporte, consultar su saldo en el banco o comprar unas entradas sin ayuda, lo que limita enormemente su autonomía.

Laura Espejo, adjunta a la dirección de Plena inclusión España, destacó que el actual proyecto no es casual sino fruto de años de investigación, muy cerca de las necesidades de las personas con discapacidad intelectual y sus familias, para lograr un diagnóstico certero. “Utilizar Whatsapp, la banca online o dispositivos de uso general deben ser acciones cotidianas facilitadas también para las personas con discapacidad intelectual”, añadió. Ese trabajo previo puso sobre la mesa “la importancia de buscar aliados en el ámbito de las empresas o la universidad para que realmente estas mejoras se tengan en cuenta”, motivo por el que han lanzado la Alianza Tecnológica por la Inclusión.

Según recoge el Instituto Nacional de Estadística (INE) en 2022 solo una de cada tres personas con discapacidad intelectual (30%) en España usaba Internet regularmente frente al 84% de media de la población general. 

Los representantes de grandes empresas tecnológicas que han participado en el acto fundacional de la Alianza coincidieron en que todavía hay mucho por hacer para garantizar una “inclusión digital” auténtica y generalizada en España, pero destacaron que ofrecer soluciones tecnológicas a las personas con discapacidad intelectual y del desarrollo es también una “oportunidad de negocio para llegar a nuevos clientes”.

Alianza Tecnológica por la Inclusión

La Alianza Tecnológica por la Inclusión
forma parte de un plan más amplio, el proyecto Transformación Digital
por la Inclusión, financiado por la Unión Europea con fondos ‘Next Generation’, enmarcado en el Plan de Recuperación y Resiliencia, y coordinado por el Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030.  El proyecto contempla el desarrollo de 14 subproyectos, todos ellos enfocados a la búsqueda de soluciones tecnológicas que mejoren la accesibilidad a derechos básicos para cientos de miles de personas con discapacidad intelectual y del desarrollo, así como con dificultades de comprensión. Estos proyectos han beneficiado, durante 2023, a más de 2.000 personas de nueve CCAA y se han potenciado la formación de personas con discapacidad intelectual en habilidades tecnológicas; la capacitación de agentes públicos y comunitarios sobre el mundo de la discapacidad intelectual; el desarrollo de una App que facilite el acceso a ofertas de empleo público para personas con discapacidad intelectual; la mejora de una herramienta, dirigida a profesionales, que busca la reducción de restricciones, etc.

En el caso de la formación, Clara Álvarez, coordinadora del proyecto de Transformación Digital por la Inclusión en Aragón, detalló en la jornada que se han realizado 20 cursos de formación en 6 comunidades autónomas de toda España, llegando a formar a 300 personas con discapacidad intelectual y a 70 profesionales de Plena inclusión. Además, Plena inclusión ha formado a 18 auxiliares de aula con discapacidad intelectual, que han podido trabajar dando apoyo a los alumnos. Uno de ellos, Óscar Miguens, comentó que ha sido su primera experiencia laboral. “Ha sido muy gratificante y me ha permitido ver desde el lado del otro lado, desde el lado de la gente que necesita ayuda y apoyo. Son necesarios los cursos para aprender a hacer cosas básicas, como crear carpetas o pasar el CV a PDF”, explicó.

En la jornada de mañana se mostraron algunos avances tecnológicos que se están desarrollando, como el Asistente de Lectura Fácil de Placeat, que integra ChatGPT para traducir textos a lectura fácil. Una de las demandas del colectivo ha sido traducir las facturas, un lenguaje engorroso que las personas con discapacidad intelectual no pueden comprender. Navilens Go, ruta gastronómica del Camino de Santiago a su paso por Navarra, pensada para personas con discapacidad visual, auditiva y problemas de comprensión; o Talent Trainer, del Instituto de Robótica para la Dependencia, una plataforma formativa para impulsar la vida independiente de las personas con discapacidad intelectual.

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