Nurulasyiqah Mohammad Taha fue primera atleta de boccia de Singapur que compitió en Juegos Paralímpicos. Ahora quiere conseguir mucho más. Nurulasyiqah Mohammad Taha, conocida por la mayoría como Nurul, ha recorrido «todo un camino» desde
Nurulasyiqah Mohammad Taha fue primera atleta de boccia de Singapur que compitió en Juegos Paralímpicos. Ahora quiere conseguir mucho más.
Nurulasyiqah Mohammad Taha, conocida por la mayoría como Nurul, ha recorrido «todo un camino» desde que empezó a practicar boccia hace casi 20 años. Ha viajado a muchos países, ha conocido a atletas de todo el mundo y se convirtió en la primera atleta de boccia de Singapur en competir en los Juegos Paralímpicos 2012.
Jugando a la boccia fue también como la singapurense encontró su pasión fuera del deporte: aprender idiomas. Nurul, dos veces atleta Paralímpica y que debutó en Londres 2012, conoce seis idiomas, entre ellos el coreano y el japonés, que estudió tras iniciarse en la boccia.
«Mi motivación para aprender un idioma era comunicarme con otros atletas», dice Nurul. «Hablar su idioma ayuda a romper el hielo. A menudo se quedan intrigados, como diciendo: «¿Qué más puedes decir?» Es una forma divertida de romper el hielo y entablar relación con otros jugadores».
Aprendiendo de los mejores
Nurul, que padece atrofia muscular espinal, empezó a jugar a la boccia en 2004, después de ponerse en contacto con el Consejo de Deportes para Personas con Discapacidad de Singapur para informarse sobre las posibilidades de entrenamiento.
La boccia, un juego de estrategia y precisión, es uno de los dos únicos deportes Paralímpicos que no tienen un equivalente olímpico. Los jugadores lanzan o hacen rodar bolas de colores lo más cerca posible de una bola blanca, conocida como «jack». El jugador, la pareja o el equipo con más bolas cerca del jack es el ganador.
En 2009, Nurul ganó su primera medalla regional en el Campeonato de Boccia de Asia y el Pacífico Sur, consiguiendo la plata en el torneo por detrás del cuatro veces atlets Paralímpico Jeong Ho Won, de la República de Corea.
«Después de recibir la medalla en el podio, quise felicitar al ganador. No tenía ni idea de cómo decirlo. Me di cuenta de que la gente aprecia que aprendas frases sencillas en su idioma», dijo Nurul.
«También me resultaba difícil gesticular con las manos o utilizar el lenguaje corporal para comunicarme y mantener una conversación», añadió. «Después de eso, empecé a tomar clases semanales de coreano».
Aunque dominar un nuevo idioma es todo un desafío, Nurul disfruta aprendiendo las estructuras de las frases y la gramática, que, según ella, es similar a aprender las reglas de un nuevo deporte.
«Si tienes la motivación de aprender, seguirás haciéndolo. Supongo que por eso he seguido con la boccia durante un tiempo. También por eso sigo explorando nuevos idiomas».
En 2014, cinco años después de inscribirse en su primer curso de idiomas, Nurul inició un campamento de entrenamiento conjunto en la República de Corea. En el campamento, de una semana de duración, participaron unos 20 Para atletas y oficiales de Singapur y Corea.
«Antes del campamento, solo los había conocido (a los atletas coreanos) en competencias o comunicándome por Internet. Agradecimos que los entrenadores estuvieran tan abiertos a compartir (sus consejos)», dijo la atleta Paralímpica. «Pero el caso es que (todo) evoluciona muy deprisa. Todavía quedan muchas cosas por aprender».
Un deporte innovador
Para Nurul, la boccia es un «deporte innovador». A lo largo de los años, ha visto innovaciones en el equipamiento, incluidas las rampas que los atletas de boccia BC3 utilizan para lanzar la pelota. Las reglas de competencia también han evolucionado para mejorar la experiencia de juego y garantizar la igualdad de condiciones, explicó.
Compitió en el torneo individual mixto de boccia BC3 en Londres 2012, convirtiéndose en la primera atleta de Singapur en competir en este deporte en los Juegos Paralímpicos. Cuatro años más tarde, Nurul participó en Río 2016, compitiendo en dos pruebas: el BC3 mixto por parejas y el BC3 mixto individual.
«Todavía recuerdo cuando entré en la pista de entrenamiento por primera vez (en Londres 2012) y me quedé impresionada por todo el montaje. Me maravilló toda la experiencia, desde la competencia en el terreno de juego hasta la Villa de los Atletas.
«También fui muy afortunada de poder repetir esa experiencia en Río y compartirla con mi compañera de equipo», dijo.
En el torneo por parejas de los Juegos Paralímpicos Río 2016, el dúo singapurense formado por Nurul y Toh Sze Ning avanzó hasta el partido por la medalla de bronce antes de perder contra Grecia.
«El tiempo vuela cuando estás aprendiendo y disfrutando de lo que haces», dijo. «Creo que en términos de la población general de atletas de boccia, somos atletas con mayores necesidades de apoyo. Me gustaría que el deporte evolucionara más y permitiera que (los atletas con) las discapacidades más graves siguieran jugando».
El camino continúa
Aunque Nurul ha creado historia y allanado el camino para los Para atletas en Singapur, no ha viajado fuera de su país para competir desde 2019 debido a los desafíos creados por la pandemia de COVID-19.
A pesar de aprender japonés y entrenarse para competir en sus terceros Juegos Paralímpicos, no logró clasificarse para Tokio 2020. Su ranking mundial ha descendido desde entonces, y actualmente no figura en el ranking mundial.
«Cuando supe que mi nombre ya no figuraba en el ranking mundial (después de Tokio 2020), me sentí triste, por supuesto. Pero como he reflexionado mucho sobre por qué (y cómo) llegué a esa posición, pude aceptarlo», dijo la atleta.
Durante la pandemia, obtuvo un máster en análisis que le ha ayudado a explorar el deporte que ha elegido desde un ángulo diferente y a diversificar sus habilidades. Mientras estudiaba también aprendió algunos idiomas más: los lenguajes de programación Python y R.
Ahora, Nurul planea volver a las competencias internacionales y enfrentarse nuevamente a los Para atletas de todo el mundo.
«No creo que esto (la situación) sea para siempre. Estoy segura de que llegará el momento en que pueda volver a competir.
«Quiero ver hasta dónde me puede llevar la boccia. Hasta ahora me ha llevado por un buen camino», dijo Nurul. «Así que, quién sabe, ¿adónde más puedo llegar con esto?»